Si el uno no dormía nada, la niña es un lirón, si el uno no quería chupete, esta no lo suelta, si el uno no quería ver ni en pintura los trocitos, esta pequeña me dice que las papillas se las de a su padre y que le de sólidos, que molan más, y de esto último quería hablar yo.
No se vosotros, pero yo con el tema trocitos, me tensiono, no lo puedo evitar oigan... soy así, creo que tengo un trauma de cuando era pequeña, os cuento.
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photo credit: Traffic lights via photopin (license) |
Recuerdo perfectamente, que estábamos con una amiga de mi madre a la salida del cole, y mientras mi madre y su amiga , que era enfermera , estaban de charreta camino del parque, pues yo tan happy saltando por la calle con mi boloncho en la boca, hasta que el caramelo se me quedó en la garganta y no salía ni "pa lante, ni pa tras" mi madre super nerviosa, y su amiga entraron en la primera tienda que vieron pidiendo auxilio, recuerdo que era de muebles, ya veis me acuerdo perfectamente.
La amiga enfermera, me puso boca abajo, y me apretó, con un golpe seco en la zona de la boca del estómago, y la bola salió disparada de mi boca. Yo lloraba y lloraba, mi madre también... vamos un cuadro, los dueños de la tienda me dieron un vaso de agua y nos tranquilizamos. Por supuesto ya no volví a comer caramelos de esos ¿ es normal que le tenga pánico al tema trocitos, verdad? Y es que lo de los atragantamientos, y las piscinas... me llevan de calle desde que soy madre ¡ que miedo!
[NOTA MENTAL: Mejor que lloren porque no les damos lo que quieren, que luego llorar nosotros por habernos llevado el susto de tu vida]
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photo credit: Amelia + Vanilla Ice Cream = Love via photopin (license) |
Entonces, pensé que podía ser una etapa, Grulito también la tuvo, esa en las que no quieren comer, pero esto ya se estaba pasando de castaño oscuro, no era normal, lo que era curioso, era que si le ofrecía york o queso fresco por ejemplo, no le hacía ningún asco y se lo comía estupendamente, pero claro, la cantidad me preocupaba porque en seguida se cansaba.
Pero el día que me afirmó que ella no quería papillas, fue el día que mientras nosotros estábamos comiendo paella, ella , solo hacía que señalar, y empecé a darle de mi paella, y acabamos poniéndole un platito el cual no dejó ni las migas. A partir de ahí ya no me complico, que a Grulito le hago un sandwich calentito de york y queso, a ella le hago medio, que hay merluza para cenar para todos, pues ella su merlucita, macarrones, hervido, fruta.... y así vamos..., y lo mejor... ¡ se han acabado los dramas! porque vaya tela... yo acababa de los nervios nerviosos, ahora, menos mal,.estoy más zen...
Y es curioso, porque no la he forzado en nada, a diferencia de con Grulito que le forcé más la introducción del sólido y él lo rechazaba, Grulita ha sido ella la que ha tomado la iniciativa, y además es que tiene un dominio en la boca con ellos, que me deja alucinada, como se gestiona ella la comida, y si yo se la doy, me quita el cubierto y lo utiliza ella sola.
Pero ojo... no os creáis que he perdido el miedo ese, porque cada vez que le doy trozo estoy en alerta... espero algún día superarlo.
¿ Y a vosotros, como os va la introducción del sólido?¿ También han decidido ellos cuando comer trocitos?
Los míos acaban d cumplir 11 meses y como a ti, la niña es una maravilla, ya empieza a pedir lo q comemos nosotros, y la voy dando para q pruebe al igual q al niño, pero cada vez q comen algo... No les quito ojo! Me da mucho respetó!
ResponderEliminarNormal!! es que da, yo por eso no me he atrevido a darles ningún sólido hasta los 8-9 meses, con la típica galletita de bebé y tal... me da mucho miedo. Besos!
EliminarA mi me pasó algo similar a ti cuando mi Terremoto cumplió los 9 meses. Era ver un puré y pasar olímpicamente de mi, y cabrearse si insistía. Ahí entendí que los purés habían pasado a la historia y pasamos a los trocitos, pero mínimos, que yo soy de pánico como tú, aunque no tengo anécdotas que contar. Recuerdo sacar 20 trozos de una galleta María, imagínate el tamaño, pero bueno, él quería trozos y yo se los daba, aunque perdía la respiración en el tiempo en que se metía uno en la boca hasta que venía a por otro. Un sin vivir, pero conforme vi que se manejaba le fui dando trozos más grandes y perdiendo el pánico. Aunque con un segundo hijo haría lo mismo, no te creas. Se pasa muy mal.
ResponderEliminarJejeje, vaya , no soy la única... me consuela... :-P Es que a mi me da terror, sobre todo porque no se si sabría reaccionar, y mira que he dado un cursillo de primeros auxilios, pero cuand es en la vida real, la cosas cambia, no se.
EliminarLa verdad que el momento de introducir el sólido es complicadito. Besitos guapa